El cielo no trajo las respuestas que buscaba. Entonces pensé en el mar... pero estaba lejos, al menos para mi.
Busque en la tierra, cave y cave, varios pozos y sólo encontré gusanos, algunos, no muchos.
La tierra estaba seca, no había plantas, ni flores. Sólo yuyos, esos que soportan cualquier clima.
Traté de sembrar pero la tierra se secaba, sin importar cuanto la regara. Los pocos brotes que salían, morían al poco tiempo.
Me vi reflejado en la tierra, aún no se bien ¿por qué?.
Sabía que tenía que cuidarla, abonarlas, regar, sembrar, y volver a regar. Luego, lo que brotará, debía cuidarlo del sol, de no regar ni poco ni mucho. Y eso lo iba a aprender con el tiempo.
Tiempo, en la naturaleza todo lleva su tiempo y todo tiene su tiempo.
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