El hombre de sal, que viajaba en la luz, recorriendo mundos, surcando estrellas... decidió bajar del cielo y reposar en la tierra. Su angustia de no encontrar nada en el universo, solo silencio, no tenía consuelo.
Las estrellas se habían apagado, otras se habían extinguido, hacía mucho tiempo. No había música, ruido, en todo el espacio. Sólo soledad, angustia y su dolor.
Tal vez, en este suelo, encuentre lo que buscaba. Tal vez, un pequeño consuelo aunque sea, o sólo un refugio.
Tenía el poder de viajar por universos, mundos, ciudades, con un simple pestañeo.
Tenía el poder que todo el mundo quisiera, pero el quería todo lo que él mundo tenía.
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