Pregunta a la luna ¿por qué sangra tanto?, ¿por qué se olvido de mí?.

Yo sigo esperándola. Dile que sueño cada noche con ella y se que ella llora. Yo era sus ojos, era la tristeza de sus ojos...

Era el gatillo del arma, que disparaba su pena, su tristeza. 

No podemos estar juntos, tampoco alejados, menos el olvido.

Vendimos nuestras almas, como un regalo sin abrir...

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